En este post te contaba que tenía pensado en San Valentín aprovechar alguna de las tantas páginas de descuentos que existen actualmente para poder disfrutar de algún plan de ocio con mi chico sin gastar demasiado dinero. Es obvio que al final el plan no fue el que pensamos, si no, no estaría escribiendo este post. Ya te explicaré en otra entrada con más detenimiento por qué salió mal y cómo acabó toda esa historia. El caso es que a última hora nos dimos cuenta de que por culpa de una maldita página de Internet estábamos a día 13 de febrero y sin plan.
Tengo que admitir que me puse triste. Ya sé que San Valentín es sólo un día, pero había puesto tanta ilusión que al ver que al final no teníamos plan y que era demasiado tarde para organizar algo (o eso creía yo) me vine un poco abajo.
Pero a mi chico se le ocurrió la mejor idea del mundo. Será por eso que lo quiero tanto, porque siempre encuentra la manera de alegrar mis días tristes. Y será también por eso que adoro vivir en Canarias, porque en un mismo día puedes ir y volver de una isla a otra.
Así que, como dos locos que somos, reservamos el viaje de ida y vuelta a Gran Canaria el día 13 por la noche.
Puerto de Santa Cruz de Tenerife
Nuestro 14 de febrero empezó pronto, a las 5 y media de la mañana. El barco salía a las 7 y media y queríamos salir con suficiente tiempo para no llegar tarde, ya que el día anterior era martes de Carnaval y los accesos al centro de Santa Cruz estaban cortados.
Viajamos con la compañía Naviera Armas. Si tienes pensado viajar entre las islas alguna vez, debes saber que los viajes en barco son ofertados principalmente por dos compañías: Naviera Armas o Fred Olsen Express. Yo ya había viajado con Fred Olsen, pero esta era mi primera vez en Armas. ¿Cuál es mejor? Las dos tienen sus pros y contras. Tengo pensado escribir un post más detallado sobre esto, así que sígueme en Google+ o en las diferentes redes sociales para no perderte nada (tienes los links al final del post)
Saliendo de Tenerife - Vista desde el barco
Llegamos a Las Palmas de Gran Canaria a las 10 de la mañana aproximadamente. Aunque el muelle en el que nos dejó el barco estaba un poco lejos, lo bueno es que la compañía Naviera Armas tiene un servicio gratuito de guagua/autobús (ellos lo llaman "ferry bus") para trasladar a los pasajeros desde el muelle al centro de la ciudad. Este servicio nos pareció magnífico, pero hablaré más en profundidad sobre ello en la entrada que comentaba anteriormente.
El "ferry bus" nos trasladó hasta el Centro Comercial El Muelle. Allí dimos un paseo por las diferentes tiendas y compramos algo de comer y beber en el supermercado. Siendo sincera, por lo que había visto en la página web del Centro Comercial El Muelle me lo esperaba mejor. No está mal tampoco, pero me dio la sensación de que había muchos locales cerrados y de que necesitaba algunas mejoras. Sin embargo, también es cierto que había una muy buena oferta en restauración
Destacaría de este Centro Comercial, aparte de lo dicho, la tienda de artesanía La Molina, donde compramos este simpático lagarto de la suerte que ves en la imagen superior por 2,50€. En la tienda se respira un ambiente moderno que contrasta con los productos tradicionales y de fabricación artesanal que ofertan. Además, el personal es muy amable y tienen degustación de sus productos para que puedas probarlos antes de llevártelos, que eso para mí es muy importante. La verdad es que no lo sabía, pero al buscar en su página web descubrí que hace sólo dos meses que abrieron aquí en Tenerife. ¡Ojalá que les vaya muy bien!
Tienda de artesanía La Molina en el Centro Comercial El Muelle
También nos llamó la atención encontrar esto en el mismo Centro Comercial
¡Hogwarts Express! Estoy tan enamorada de Hogwarts que me persigue allá donde vaya 😆
En realidad, por más que nos duela, esto no es el tren a Hogwarts, sino una discoteca llamada Terraza Kopa decorada para una fiesta temática de Harry Potter. Nunca he estado en esta discoteca y no puedo hablar bien o mal de ella, pero lo que sí puedo decir es que se esfuerzan y que tienen creatividad y pasión por lo que hacen, porque el decorado es genial, muy currado y súper llamativo
La verdad es que mirando su página de Facebook parece un sitio muy divertido y con muy buen rollito. Además, tienen muchos otros detalles sobre la fiesta de Harry Potter en el perfil que sinceramente me encantaron. Lo que más me gustó son estas imágenes de las casas de Hogwarts que supongo serán para photocall
La verdad es que me hubiera encantado ir a esta fiesta de Harry Potter
También nos llamó la atención encontrar esto en el mismo Centro Comercial
¡Hogwarts Express! Estoy tan enamorada de Hogwarts que me persigue allá donde vaya 😆
En realidad, por más que nos duela, esto no es el tren a Hogwarts, sino una discoteca llamada Terraza Kopa decorada para una fiesta temática de Harry Potter. Nunca he estado en esta discoteca y no puedo hablar bien o mal de ella, pero lo que sí puedo decir es que se esfuerzan y que tienen creatividad y pasión por lo que hacen, porque el decorado es genial, muy currado y súper llamativo
La verdad es que mirando su página de Facebook parece un sitio muy divertido y con muy buen rollito. Además, tienen muchos otros detalles sobre la fiesta de Harry Potter en el perfil que sinceramente me encantaron. Lo que más me gustó son estas imágenes de las casas de Hogwarts que supongo serán para photocall
La verdad es que me hubiera encantado ir a esta fiesta de Harry Potter
El Centro Comercial El Muelle está justo enfrente del conocido Parque Santa Catalina y a poca distancia se encuentra también la maravillosa Playa de las Canteras. En principio no pensábamos que el día nos fuera a cundir para mucho más, porque además no habíamos tenido tiempo de planificar prácticamente nada del viaje, ya que fue todo muy improvisado, pero finalmente pudimos pasear también por la zona comercial de Avda. José Mesa y López.
La hora de almorzar llegó cuando estábamos recorriendo las calles entre el Parque de Santa Catalina y la Playa de las Canteras, y la verdad es que nos arrepentimos de no haber comido en los restaurantes del Centro Comercial El Muelle, pues no encontramos muchos sitios donde comer rico y barato. Lo cierto es que por más que caminamos no encontramos ningún sitio que nos llamara la atención, así que al final acabamos en los 100 montaditos, ya que por lo menos era algo que conocíamos. No sé si quizás con algo más de tiempo para organizar el viaje hubiéramos podido encontrar mejores alternativas.
Este monedero tan bonito me lo compré en el Parque de Santa Catalina, en una de mis tiendas favoritas, Ale-Hop. La verdad es que me sorprendió que tuvieran algunas cosas en esta tienda que no se encuentran en la de Santa Cruz, como este monedero con la frase "No dejes de soñar" que no lo había visto antes. Desde hace tiempo que pensaba comprarme un monedero, ya que se me había roto la cartera y un amigo me regaló el estuche azul para guardar las tarjetas con la frase "Tú puedes con todo" De modo que ya tenía donde llevar las tarjetas, el DNI, la tarjeta sanitaria,... pero las monedas no me cabían. No quería una cartera, porque me hacía ilusión seguir llevando las cosas en el estuche que me regalaron, pero necesitaba al menos un monedero para poder llevar el dinero. ¡Y este sólo costó 3€!
Quizás donde mejor lo pasamos o a donde yo tenía más ganas de ir es la Playa de las Canteras. Yo ya había estado anteriormente de vacaciones en esta playa, pero fue antes de estar con mi actual pareja y tenía muchas ganas de compartirlo con él.
Además, tuvimos mucha suerte de poder disfrutar de un día maravillosamente soleado después del frío que ha hecho en Canarias en el último mes. Los termómetros rondaban los 25 grados y hacía un sol espectacular
En la zona de la Playa de Las Canteras sí que encontramos un sitio encantador donde merendar, la Heladería Liky Liky. Lo primero que me llamó la atención de este encantador local fue esto:
¿Sus ofertas? Bueno, sí. Pero también que llevaba mi nombre. Pero ese Jenny debía ser algún recuerdo del pasado porque la heladería se llama Liky Liky. En cualquier caso, no nos equivocamos de sitio porque el local es encantador
Salimos de la heladería con el tiempo contado para darnos un último paseo por las tiendas de la Avda. José Mesa y López y volver al Centro Comercial El Muelle para que el "ferry bus" nos volviera a llevar al Muelle Nelson Mandela.
Cogimos el último barco, el de las 19:45. Este trayecto se me pasó mucho más rápido porque retransmitieron la película Frozen y yo, como aún soy una niña aunque sólo sea de corazón y adoro Disney, me quedé pegada a la pantalla hasta que aparecieron los créditos finales, momento en el que el cansancio pudo conmigo y me quedé dormida hasta poco antes de tocar tierra.
Los dos pedimos un crepe de Nutella con helado, para él con un capuccino y para mí un café frío. Éste es el único pero que le pondría a esta heladería: yo pedí el café frío porque estaba en su carta, pero después no sabían prepararlo, no parecían tener ni idea de a qué me refería. Si yo trabajo en un establecimiento se supone que sé qué cosas se ofertan en la carta y cómo prepararlas. Quizás las cartas pertenecían a la misma época que la Jenny del cartel. Finalmente acabaron sirviéndome un café con leche y aparte un vaso con una piedra de hielo cuando lo que yo esperaba era algo así como un iced coffee o un granizado de café.
En su favor tengo que decir que el personal fue muy muy atento y que intentaron por todos los medios entender qué era lo que yo quería (eran todos italianos, salvo una chica y tal vez el idioma también les jugara alguna mala pasada)
En cualquier caso, se nos olvidó todo cuando nos trajeron esto:
Por favor, no puede tener mejor pinta. Si sólo de mirarlo me da hambre. El crepe era enorme, con bastante Nutella y el helado artesanal e indescriptiblemente delicioso.
Yo no sé tú, pero yo me fijo mucho en los detalles cuando voy a comer a un sitio.
Quiero decir, que si por ejemplo me pido una Coca Cola y me ponen hielo es un local normalito, donde se viene a trabajar y punto; si me ponen hielo y limón entiendo que es un local donde se esfuerzan un poco más por agradar al cliente y donde intentan hacer las cosas con cariño, pero si me ponen el vaso tal cual sin siquiera una piedrita de hielo... amigo, en ese local no te escupen en la cara por poco, esa gente está desmotivada y no quiere sino terminar ya e irse a su casa.
Pues con el café lo mismo. Si voy a un sitio y me ponen una galletita o un mini croissant de esos al lado sé que intentan esforzarse por agradar al cliente. Pero si ya encima te hacen un corazoncito de chocolate... ¡eso ya es el paraíso!
Cogimos el último barco, el de las 19:45. Este trayecto se me pasó mucho más rápido porque retransmitieron la película Frozen y yo, como aún soy una niña aunque sólo sea de corazón y adoro Disney, me quedé pegada a la pantalla hasta que aparecieron los créditos finales, momento en el que el cansancio pudo conmigo y me quedé dormida hasta poco antes de tocar tierra.
La verdad es que, aunque el día nos cundió más de lo que esperábamos, Las Palmas es una ciudad enorme y con muchísimas cosas que ver y que disfrutar. Nos hubiera gustado ir a algún museo, ver el Auditorio Alfredo Kraus o el Castillo de la Luz, pero como dije, fue un viaje improvisado y no contábamos con demasiado tiempo, de manera esperamos poder volver pronto para continuar disfrutando de la capital de Gran Canaria y, cómo no, compartirlo contigo en este blog
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